Picos de Europa

“Este Parque es Reserva de la Biosfera gracias a los pastores, ganaderos y queseros que vivieron en este entorno toda la vida. Nosotros lo hemos cuidado, mantenido y mimado durante más de 5.000 años. El turismo viene porque es, sin duda, un lugar de gran belleza que se mantiene así gracias la gente que lo hizo posible. Del mismo modo el turismo es bueno para nosotros, los que vivimos aquí. Yo vivo del turismo, el quesu y mis cabras”. La que así habla es Jessica López, de la quesería Maín, quesera de sobrada fama como elaboradora del emblemático cabrales y que vive y trabaja en Sotres (Cabrales).

El Parque Nacional de los Picos de Europa cuenta con 67.127 hectáreas repartidas entre León, Cantabria y Asturias. Al Principado le corresponden 27.027 hectáreas. A este parque se le considera una de las más grandes reservas mundiales de los ecosistemas ligados al bosque atlántico. Las cumbres más altas de la cordillera Cantábrica se encuentran en este maravilloso enclave natural que, en Asturias, se reparten los concejos de Cabrales, Amieva, Cangas de Onís, Onís y Peñamellera Baja. Hay una pequeña zona de Peñamellera Alta que, aun siendo Parque Nacional, no forma parte de la Reserva de la Biosfera, así declarada por la UNESCO en 2003. Fue el rey Alfonso XIII, quien en 1918 nombró este como el primer Parque Nacional de España. También es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Montañas, valles, ríos como el Dobra, el Deva o el Cares, y majadas infinitas conforman un paisaje modelado -como bien dicen los que hoy habitan estas tierra- por los pastores.

Imposible no rendirse, por su belleza, ante el Urriellu, también llamado Naranjo de Bulnes, todas las veces que se adivina en el horizonte o bien cuando se escala, y que con sus 2.519 metros está en el Macizo Central, en Los Urrieles.

Al este de los mismos está el Macizo Oriental, cuya cima más alta es la Morra de Lechugales, con 2.400 metros de altitud, mientras que en la zona occidental los que mandan son los Picos del Cornión, ya cercanos al Real Sitio de Covadonga en cuya cueva la patrona de Asturias, nuestra Santina, la Virgen de Covadonga, recibe a los fieles que se acercan antes o después de contemplar los lagos de Covadonga, Enol y Ercina, entornos naturales habitados, llegado el buen tiempo, por vacas, cabras y ovejas que suben a los pastos y que se hacen oír con el sonido de los lloqueros.

Fernando Abarquero Zorrilla, al frente de su empresa de ecoturismo Pronatura y que vive en los Picos, señala que ser Reserva de la Biosfera “es un gran lujo, una gran suerte, pero a la vez implica una gran responsabilidad para los que vivimos y trabajamos aquí hacia los que visitan estos espacios porque son lugares donde la naturaleza está en condiciones óptimas, pero también nuestros actos pueden contribuir a modelarlo. Aquí no sería sostenible otra ganadería que no sea la tradicional de pastoreo”, explica. Y ello lleva a poner de relieve dos grandes productos que dan fama internacional no solo a este Parque, sino a toda Asturias: el quesu cabrales y el quesu gamonéu.

Además de naturaleza, este Parque es rico en historia de Asturias y del montañismo; pueblos con encanto, rutas de todo tipo y para todas las edades, una gastronomía asturiana que lo destaca y un paisaje único y singular, cincelado por sus habitantes a lo largo de los siglos.